Las fotos me cuentan una historia. La historia del caminar continuo de mujeres. El caminar de aquí para allá dejando en el camino una entrega a los suyos.
La mujer hasta hace poco se dedicaba a las tareas domésticas. Lo de casa no era trabajar. Era un ir y venir entre niños, fregadas y comidas. A algunas no les llegaba el espacio doméstico, su ir y venir se extendía a las calles, a los caminos, a la ribera del mar. En ese caminar para asentarse bien tenían que poner algo sobre la cabeza: un balde, cesta y meterle un poco de peso: unos pescados, algún producto de la huerta y para equilibrar se acompañaba de algún niño que andaba por casa.
La carga la acercaban a los mercados o ferias por eso de ofrecerlo a alguien que le pudiera interesar. De vuelta a casa, si terciaba, alguna iba a la playa para recoger algún berberecho para seguir caminando. Las había que gustaban caminar con las manos enlatando mariscos, jabones… siempre bajo la mirada del vigilante que cuidaba el camino.
Recuerdo el caminar de las mujeres en mi niñez. Todas las mañanas llegaba a casa Concha, venía de Tabeaio. Era una mujer pelirroja, bajita, regordeta con una sonrisa siempre en sus labios y ojos. Traía la leche y se llevaba la lavadura. Por los Santos me obsequiaba con unos collares de castañas que estaban deliciosas.
Acabó caminando a Venezuela, en Tabeaio quedó el marido cuidando de los hijos pequeños, volvió con unos ahorros conseguidos caminando para construir una casa, comprar una furgoneta y seguir caminando vendiendo pescado.
Casi al mismo tiempo que Concha traía la leche, llegaba otra mujer que se llamaba Marcelina, caminaba repartiendo el periódico.
“A Tola” llegaba los sábados por la tarde. Era una mujer muy gorda que subía las escaleras al grito “¡un cacho pan!” seguida de cinco o seis niños de diferentes edades. Se le daba comida, ropa y alguna perra.
En el páramo castellano, donde pasaba el mes de agosto, las mujeres también caminaban. Al grito contino de maaa, maaa, maaaa… caminaba la «Sorda» con un balde de zinc lleno de pescado encima de la cabeza yendo por las puertas ofreciendo unas merluzas excelentes.
Las mujeres del pueblo caminaban para llevar la comida, que antes habían preparado, a sus maridos que trabajaban la tierra, una vez en la tierra seguían caminando segando con la hoz los cereales y hacíando las gavillas.
De vuelta a casa cuando los maridos habían encerrado a los ganados e iban a tomar unos vinos a la taberna para disfrutar del merecido descanso, ellas caminaban atendiendo a los hijos, haciendo la cena. Mientras hervía el puchero bajaban a las cuadras a ordeñar las ovejas para luego caminar haciendo riquísimos quesos.
El caminar lo solían acompañar con canciones y risas por eso de la alegría.
Añado las fotos, que han provocado este texto no como homenaje. Los homenajes, las placas, las estatuas son para gente importante. Las añado como un recuerdo de mujeres que caminaron duro. Camino hecho con esfuerzo para luchar por los suyos. Mientras las recordemos estarán con nosotros y su caminar seguirá teniendo sentido. Será la lluvia fina que empapa la tierra para prepararla para la nueva cosecha. Mientras tanto, los homenajes, las placas, las estatuas y los minutos de silencio de la gente importante serán cubiertos por el verdín del paso del tiempo que los llevará al olvido.
«Padre, ¿Habré caminado lo suficiente?»
Extraordinario reportaje de gráfico y homenaje ala mujer gallega. Gracias!
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Gracias
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Excelente trabajo. Muy apropiado en este 8M cercano, Día Internacional de las Mujeres. ¿Qué sería del mundo sin el caminar de la mujer?
Mi admiración por ellas, las de ayer, las de hoy y las de mañana…
Enhorabuena por este reportaje.
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Gracias.
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Precioso documental, un hermoso homenaje a todas las mujeres invisibles que nos han precedido y marcado el camino a seguir.
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Gracias. Buen día.
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Que sorpresa y emoción leer bonitas palabras sobre mi tía y madrina Concha Rey. Muchas gracias.
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Gracias a ti. En casa de mis padres se la recordó siempre con cariño. Venía visitar a mi madre y mi madre fue a Tabeaio con mis hermanas en varias ocasiones. Vive?. Un abrazo.
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Un excelente documento para homenajear a la mujer trabajadora, siempre. Gracias
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Buena noche.
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Me parece un documento muy valioso y muy lúcido. Gracias.
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Gracias. Buena noche.
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Obrigado a todas as mulheres
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Unas fotos excelentes y muy expresivas; un homehaje a la memoria. Gracias
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Gracias. Buena noche.
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Cómo me ha emocionado leer la historia de mi tía abuela Concha Rey!!!!era una luchadora incansable y sobre todo una bellísima persona…te quiero tía 😘😘😘
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Me alegro. Todos las mañanas llegaba a mi casa con la leche y una sonrisa.
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Por desgracia mi tía nos dejo en febrero de 2016, pero todos la que la queríamos la recordamos con una gran sonrisa y una ternura infinita Sin duda permanecerá siempre en nuestros corazones. Orgullosa de ser su sobrina😍😍😍
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Mi madre murió en 2013, era mayor que tu tía. Yo la recuerdo con cariño. Me alegra haber tenido estas palabras.
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Pues sí prima! Muy buenas letras sobre la abuela! Todos nos acordamos mucho de ella!!!
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Gracias a ella. Un abrazo.
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