RICARDO BOÁN Y CALLEJAS (1880-1915)

Las referencias de este gran arquitecto, nacido en Cuba donde su padre estaba como militar, son escasas. Llega a Coruña en 1905 después de haber estudiado en Madrid. Diez años de trabajo al lado de Julio Galán hasta su muy temprana muerte son el producto de sus muy interesantes edificios.

Hay una casa en A Coruña que todos conocemos y creo que a todos nos maravilla. Enfrente de la iglesia de San Nicolás, con fachada también a la Barrera. Representa un conjunto de columnas, herrajes, bandas de ladrillos, cemento moldeado. Todo un lujo de detalles en el Modernismo coruñés.

CALLE SAN ANDRÉS, 100. AÑO: 1912

Fachada lateral

CALLE SAN ANDRÉS, 118. AÑO : 1911. SE ATRIBUYE TAMBIÉN A ANTONIO LÓPEZ HERNANDEZ

calle SAN ANDRÉS,68. AÑO: 1914

calle BARRERA, 22. AÑO: 1906

CALLE BAILÉN, 8. AÑO: 1905

calle HERRERÍAS, 10.

calle ALAMEDA, 22. AÑO: 1913

calle SAN NICOLAS, 11-13. AÑO: 1913

Fachada en la calle Barrera

CALLE JUANA DE VEGA, 47-49. AÑO: 1907

CELITA: “EL ÚNICO TORERO GALLEGO”

“Pie de foto” imagen acompañada de pequeño texto sobre un recuerdo, proyecto; sugerencia o provocación
Cartel del día de su alternativa en A Coruña

Desde adolescente cuando iba a presenciar alguno de los numerosos espectáculos que se celebraban en la Plaza de Toros (boxeo, lucha libre, zarzuelas, teatro…) antes de subir a los tendidos paseaba por el anillo interior fijándome en una placa conmemorativa que había al lado de la enfermería con una inscripción de un torero que había tomado la alternativa mucho años antes en la plaza.

¿Quién era aquel desconocido? Era Alfonso Cela Vieito (1885-1932), el único torero gallego.

Nacido en un pueblo de Lugo emigra con su madre a Madrid muy de niño, empezando a trabajar en una carnicería. El ambiente que le rodea hace que vaya cogiendo afición al mundo de los toros introduciéndose en  el ambiente de las capeas que se celebran en los alrededores de Madrid.

Muestra valor y estilo, aupándose en ese mundo donde su origen es visto como algo singular.

En una tarde, que terminó triunfal, en la  Maestranza se le tomaba un poco a cachondeo cuando el torero después de hacer el paseíllo empezó a enfrentarse al toro. El torero oyendo la entonación de muiñeiras adobadas con el grito de “gallegaso” fue haciéndose con los espectadores con su valor y estilo tornando el cachondeo inicial en clamor triunfal que acabó con el matador a hombros hasta el hotel.

Toma la alternativa en A Coruña el 15 de septiembre de 1912 teniendo como padrino a Manuel Mejias “Bienvenida”, “por el público más querido, por el que me hace matador de toros, por Sarria, por Galicia” fueron las palabras de Celita para brindar a la presidencia del festejo ese día.

Dicen las crónicas de la época que fue un arriesgado torero “cosido a cornadas” destacando con la estocada y brillantes medias verónicas.

Toreo por toda España teniendo éxitos en Barcelona y Madrid llegando a  torear en Méjico. Se  retira en 1922.