DEL CAMINO NUEVO A JUAN FLÓREZ

Año: 1908. Fuente: A.R.G.

Al principio todo eran fincas de patatas, cebollas, grelos… árboles majestuosos que rodeaban impresionantes fincas  indianas y fábricas  que se ubicaban en un lugar con espacio suficiente para desarrollar su actividad.

Mi padre llegó a esta ciudad a comienzo de los años 20,  me contaba de la calle en la que vivíamos desde los años 50 hasta comienzo de los 80. No le creía mucho, más que no creerle no me lo imaginaba.

Hace unos días he vuelto a recorrerla en busca de las sensaciones vividas en la infancia. Los juegos, los olores, los colores, el sonido y el aire respirado… encuentro el intenso tráfico entre sombras que proyectan altos edificios.

Del cambio de nombre de Camino Nuevo a Juan Flórez se encarga  el Ayuntamiento en 1900. Se quiere agradecer la dedicación de un hombre que fue alcalde de la ciudad en dos ocasiones e impulsor del ferrocarril a Galicia. Del resto de los cambios también se encarga el conjunto de corporaciones municipales empujadas por las ansias de elevarse del suelo de diversos emprendedores.

Yo voy a lo mío, a mi vida, mis juegos en esta calle en los años 50 y 60; seguí viviendo en ella hasta comienzo de los 80. El cambio ya se había producido.

La farmacia Segunda estaba en Plaza de Pontevedra. La dueña era una señora amable, sonriente,  de mirada fija como si te estuviese examinando. A la entrada muchas tardes estaba un señor con abrigo y sombrero gris, saludaba con un “Buenas tardes”. Era su marido.

La farmacia Segunda era la entrada a Juan Flórez, la calle de calzada empedrada y doble dirección. Fluía la circulación de escasos coches, furgonetas de reparto, algún carro de mulas como los de Gaseosas la Unión o el del hielo de Juanito que tiraba un borriquillo. Destacaba entre la circulación el trolebús que iba hasta la Estación o el que iba a Carballo, con su remolque con las lecheras, a los que se le salían las pértigas con bastante frecuencia.

Llegando al cruce de Juan Flórez con Médico Rodríguez estaba a la derecha el Manco. Un bar de buen Ribeiro y mesas de madera limpias de la lejía que desprendían un olor característico, en el suelo serrín. En la esquina con Betanzos Casa Marcelino, con su pincho de queso, a la espera de coger el trole para Carballo.

Cruzando Médico Rodríguez el antiguo cuartel de la Guardia Civil donde se construiría El Pote, hoy el hotel Hesperia.

Siguiendo el cuartel estaba el Corralón y el Gasógeno con los deliciosos callos.

Protegida por una gran muralla salía esbelta la chimenea de ladrillos de la Fábrica de Telares.

La fábrica se construye en 1872 bajo el nombre de “Núñez y Miranda”. Diversos avatares incluido un incendio no hace claudicar a sus dueños que llegaron a dar empleo a más de trescientas personas, la mayor parte mujeres.

A comienzos del siglo xx se convierte en sociedad anónima con el nombre “La Primera Coruñesa” siendo director Ricardo Molezún. Es en el año 1937 cuando llega a la Presidencia de la administración un rico emigrante en Cuba y Argentina, Tomás Rodríguez Sabio. En 1964 se tira.

Al lado de la Fábrica de Telares estaba el Leirón o Parque del Casino. Juegos y verbenas, cancha de tenis y frontón, palmeras, árboles y espacio para disfrutar hasta que la sirena de la vecina fábrica que marcaba a las dos el cambio de turno indicaba también que había que dejar  el juego para ir a comer. Para los rezagados estaba el bueno de Eladio que marcaba el camino hacia la salida.

Enfrente el singular garaje Alonso, obra de Juan de Ciorraga con un surtidor de gasolina.

Chalet de los cubanos o casa Escudero. Mi recuerdo es que estaba sin habitar. Había pasado por diversas vicisitudes.  En la guerra fue confiscado por falange y sirvió como centro de detención. Hoy es el único chalet que queda en la zona.

Ultramarinos «La Paloma» de Julio y su madre doña Rosa, las hojas de bacalao, el medidor del aceite a granel, los sacos de lentejas, garbanzos… el bonito a granel para la ensaladilla de los domingos, los tubos de papel de estraza con las galletas María. Cuantas cosas apetecibles que llevaba a casa Pepe en un gran cesto de mimbre.

Enfrente el callejón del Lagar y el chalet Molezún. Impresionante finca y aserradero al fondo. A la entrada con verja había dos eucaliptos visitados al atardecer por los grajos. Pasaban un buen tiempo graznando,  yendo y viniendo a la cercana cúpula del colegio Notarial. A veces dentro de la finca había un pavo real que desplegaba sus alas multicolores ….. En el cierre,  carteles con leones, elefantes, equilibristas, que anunciaban circos que habían recorrido el mundo. Veladas de lucha libre con los héroes infantiles a todo color que avivaba la ilusión

La Camerana, empresa de transporte que al final de la jornada guardaba la camioneta entrando marcha atrás en el bajo. Nadie se impacientaba.

El concesionario de Dodge, después Louzao a finales de los 60 con amplios ventanales luciendo espectaculares coches, envidia de la época.

Haciendo esquina con Fernando González la finca de los Fariña con dos preciosos chalets. Los miraba con prevención, con tristeza y pena. Un hijo de la familia había muerto de rabia al ser mordido por un perro de la casa

Siguiendo la calle y en la misma acera te abordaban los olores de Lansa una droguería bonita creo que con un altillo a manera de balcón de madera. Productos de limpieza, colonias…

Las Josefinas, mi primer colegio, la querida madre Clemencia que me enseñó a descifrar letras y palabras. Las visitas a la Virgen en su gruta del jardín donde llegábamos cantando piadosas canciones y regresábamos desfilando al ritmo de “Isabel y Fernando, el espíritu impera, moriremos besando la sagrada bandera”. El olor a incienso salía de la capilla impregnado todo el colegio, la llamada de la campana del patio, las tocas de las madres con su frufrú constante, el crucifijo colgante  que besábamos con frecuencia… y la entrada al colegio con su verja y las dos puertas que separaba las niñas según su condición social, las de pago y las gratuitas.

Enfrente la imprenta  “La Regional”, olor a tinta y papel, la visión al fondo de las linotipias, guillotinas con su monótono  ruido.  Las gomas de lápiz y tinta, los lapiceros, plumines, afilas… un mundo de olor, sonido y texturas.

La Artística fundada en 1889 se dedicaba a la fabricación de latas para las conservas, placas, anuncios. Desaparece en Juan Flórez en los 60.

Comienza la bifurcación de la calle. A la derecha casa del miedo buscando lo prohibido, el miedo a caer en aquella casa a medio construir llena de leyendas que animaban al riesgo de su interior. Cine Doré que junto al Equitativa  fue el descubrimiento del cine, el jolgorio de los domingos por la tarde cuando no jugaba el Depor. Colegio Cristo Rey, chalet Pernas, Escuelas Labaca, mercado de santa Lucía con las cestas en la calle, Casa de Socorro para pequeños cortes y brechas y subida a la Falperra y a la iglesia de San Pedro de Mezonzo.

A la izquierda camino a los capuchinos la Carbonería Doméstica. Olor a rancho salía del comedor del Auxilio Social, institución  falangista fundada en 1936,  servía comidas a los más necesitados. Recuerdo los escudos conmemorativos de cartón que había que comprar con la entrada del cine como contribución a la institución.  Nada que ver con la Cocina Económica fundada en 1886.

Casa Ponte permanece inalterable está igual que cuando de niño iba a sellar la quiniela o a comprar la entrada para el Depor. Recuerdo su suelo, la barra, la tabla de resultados del fútbol. Debe ser de los pocos locales hosteleros que permanece inalterable al paso del tiempo y en pleno vigor. Lo abrió  el gran central del Dépor,  Enrique Ponte, en 1950.

Esto es todo, mi querida calle se hizo inmensamente grande, desproporcionada, agobiante de tráfico y densidad urbana.

Año: 1921
Comienzo de Juan Flórez
Año: 1930
Corralón. Año: 1967
AÑO: 1920
Año: 1913
Fábrica de telares: La Primera Coruñesa
Año: 1940
Casino y «La Primera Coruñesa»
Año: 1957. Foto: Blanco
Chalet de los Molezunes
Aquí estaba ultramarinos La Paloma
A la derecha finca de los Molezunes a la izquierda concesionario Dodge, más tarde Louzao. Comienzo de los 60.
Chalet de los Fariñas. Año: 1925
Colegio de las Josefinas. Año: 1929
Gruta de la Virgen. Año: 1955. Foto: Blanco
La bifurcación. Año: 1959

Comedor para los más necesitados

Enrique Ponte
Al fondo los capuchinos.
Escuelas Labaca
Chalet Pernas y Cristo Rey
Mercado de Santa Lucía
Casa del Socorro. Año: 1928. Foto: Blanco

EN LA ACTUALIDAD

Hotel Hesperia, antes El Pote.
Aquí estaba el Corralón
Torre de los maestros donde estuvo La Primera Coruñesa
A la izquierda lugar donde estaba el Leirón y Fundición Ortiz
Al fondo estuvo el colegio Dequit
Aquí estuvieron las Josefinas
Al fondo a la derecha estuvo el cine Doré y el colegio Cristo Rey
Aquí estuvo la carbonería
El rascacielos se construye en el terreno del colegio Cristo Rey
Al fondo los capuchinos

BERGERAC: SUS PUERTAS Y VENTANAS

Bergerac (Francia). A hora y media de Burdeos está este interesante  pueblo de 20.000 habitantes  al lado del río Dordoña en la Nueva Aquitania.

Visita para disfrutar paseando por sus callejuelas y placitas contemplando  el entramado de madera de las singulares casas medievales con ventanas y puertas muy bonitas.

Aunque no nació en Bergerac, Cyrano de Bergerac pasó parte de su infancia en esta ciudad donde su abuelo tenía una casa.

Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac (1619-1655) fue poeta y dramaturgo. En la actualidad, es conocido por la obra de teatro Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand.