PUERTAS Y VENTANAS 1

Caminando entre calles y plazas o indagando en fotografías antiguas vamos descubriéndolas, nos atraen por la forma, el colorido, los dibujos; a veces deslumbrantes y ostentosas, modestas en su sencillez ,otras en deterioro y abandonadas, con historia o recién llegadas todas forman parte de la ciudad viva. «Disfruta y sigue tu camino»

Edificio que hace esquina en la calle Oliva con la Florida. Está completamente cerrado, abandonado. A mi me atrae por su aspecto lúgubre, tenebroso. Las ventanas con cortinas hechas girones parecen fantasmas que se asoman a la calle.
Puertas del edificio anterior
Saliendo de la Plazuela de las Bárbaras hacia la calle del Campo de la Estrada nos encontramos a la izquierda este edificio con ventanas y farol. Recorrer la calle Herrerías es pasear por un trocito de la historia de la ciudad.
Entrada al convento de las Bárbaras. Al fondo sobre la arcada un relieve que representa a la Virgen, el Niño, Santa Bárbara y Santa Clara.
Convento de los Jesuitas en la calle Fonseca con Payo Gómez, principios del siglo XX. Se tira a finales de los 70. Fuente: Moncho González Cotelo

Egipto: ¡Chilaba! ¡Por 10, 8, por cinco y una camiseta!

¡Acercaros españoles! Barrio copto. Foto: Bea Arboleya
¡Hola españoles! ¡Carmen! ¡María!

Egipto. A finales de diciembre de la mano de Mar de Lenguas y con Bea Arboleya   como alma mater del grupo he hecho un extraordinario viaje por Egipto. Crucero por el Nilo, Luxor, Edfu, Kom Ombo, Aswan, El Cairo, con pirámides, templos, museos todo un sinfín de sensaciones que hay que darle tiempo a procesar. Un deseo de visitarlo  que desde la lejana infancia estaba ahí y que por fin se ha hecho realidad.

Hoy quiero dejar constancia de un mundo paralelo a las visitas de los lugares emblemáticos, los lugares reconocidos y admirados por todos.

Egipto es un país invadido por los turistas, españoles sobre todo, y hacia ellos se encaminan las ofertas sin fin que los asaltan en todo momento.

Tomando un té en la cubierta del barco disfrutando del rio empiezan a caer fardos oyéndose gritos ¡chilabas! ¡Chilabas! El personal deja el té empezando a rebuscar en los fardos mientras se inicia la conversación con los tripulantes de una barca a babor del crucero. “¡otra talla!”,  no hay problema aparecen tallas, otros modelos para contentar a los pasajeros y se da comienzo a la venta de manteles de auténtico algodón egipcio.

A la hora de la cena todos estamos con la chilaba disfrutando de la noche temática. Todo perfectamente coordinado mientras un camarero se acerca a algún crucerista ofreciendo un plátano envuelto en una servilleta que ha sacado del bolsillo del pantalón.

Al salir del barco, al bajar del autobús, frente a las pirámides, en los templos… se ofrece de todo, empezando el regateo.

En el autobús, el amable y extraordinario guía ofrece los cartuchos con inscripción jeroglífica con el  nombre para los regalos de familia, en plata u oro, con cadena o cordón, grandes, medianos, pequeños… facilita tarjetas para el móvil, cambio de moneda, agua fresca…

Frente a las pirámides, asesores para que se fotografíe con el mejor plano o para abarcar la pirámide con las manos o ponerlas de gorro. Cocodrilos para fotografiarse con ellos en la palma de la mano por unas monedas que van aumentando los bolsillos de vendedores  suplicándote que se las cambies por billetes pues las monedas no se las quieren en el banco.

Hasta en las mezquitas te facilitan bolsas para los pies descalzos a cambio de unas monedas.

Bazares, mercados grandes, pequeños, tenderetes, vendedores de papiros, esencias, tatuajes de henna, llaves de la vida, escarabajos… todo un variopinto mundo de color y olores en un conjunto caótico, atosigante, lleno de buenas palabras, con simpatía, chapurreando español. ¡Buena experiencia!

A babor del crucero ofreciendo chilabas y manteles
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Esperando a los turistas
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Frente a la pirámide escalonada
Hacia Edfu en calesa
Calesas en Edfu
Cúrcuma, azafrán, jengibre, canela, salvia…
Cocodrilo para la foto
Poblado nubio
Inmersión por unas monedas
Camellos y carretas para recorrer las pirámides
Refrigerio en el desierto hacia Abu Simbel
Alfombras y tapices
En la mezquita
Recipientes para el perfume
Mercado de Asuán
Mercado de Asuán
Bazar Khan El-Khalili
Bazar Khan El Khalili
Bazar Khan El Khalili
Bazar Khan El-Khalili
¿Será de Hacienda?

JARDÍN DE SAN CARLOS: DE FORTIFICACIÓN A JARDÍN ROMÁNTICO

El actual Jardín de San Carlos tiene su origen en una fortificación defensiva del siglo XVI. Tras una gran explosión del polvorín que ocasiona numerosos muertos y destrozos en el hospital del Buen Suceso y en el Convento de San Francisco todo el entorno es abandonado hasta que a mediados del siglo XVIII el Capitán General de Galicia, Carlos F. Croix, lo recupera como jardín, siendo años después, 1834, cuando el gobernador Francisco Manzanedo le da el aspecto actual.

Es en este año cuando se trasladan los restos de John Moore desde el baluarte de San Carlos (Malvecín), donde había sido enterrado tras su muerte el 16 de enero de 1809 en la Batalla de Elviña.

Más de 20.000 franceses al mando de Soult intentan cortar la retirada al ejército inglés, compuesto por 15.000 soldados, en los 100 navíos que les esperan en la bahía coruñesa.

Los ingleses logran embarcar y en la retirada el capitán inglés Flechter se lleva la llave de la ciudad de la Torre de Abajo. Queda en la ciudad el cadáver de John Moore y los franceses al mando de Soult que se instala en el Pazo del Marqués de Almeiras.

Con John Moore enterrado en el Jardín de San Carlos nace la leyenda, de la mano de Murguía, que cada medianoche del 16 de enero su tumba es visitada por una bella y alta mujer, con vestido blanco y sombrero llevando en la mano un guante del valiente soldado.

Esa mujer es  Lady Stanhope, su amante, aristócrata y viajera sin sosiego hasta el final de sus días en Siria,  la flor que aparece en la tumba cada 16 de enero es el recuerdo de su amor.

Después de unos años de descuido hoy el Jardín de San Carlos luce remozado como un lugar de sosiego y tranquilidad.

A finales de los sesenta iba a leer la prensa y a coger en préstamo libros en la Casa de la Cultura en compañía de dos buenos amigos: Jose Antonio y Cesar Molina, siempre había tiempo para disfrutar del Jardín. ¡Cuántas charlas de aventuras y leyendas compartimos entre las sombras de sus árboles!

Cruz en recuerdo de los muertos por la explosión del polvorín
Francisco Manzanedo
John Moore
Casa de Genaro Fontela, donde murió Jonh Moore
Habitación donde murió el general
Llaves de la ciudad
Lady Stanhope amante de Jonh Moor que según la leyenda todos los 16 de enero viene a visitarle

EN OTROS TIEMPOS

El Gran Zeppelin sobre el jardín de San Carlos en 1929
AÑO: 1876
Año: 1909