La Pescadería se queda pequeña y el Ayuntamiento en 1875 decide derribar las murallas que la protegían e iniciar la urbanización del Ensanche.
La muralla o el Frente de Tierra a eliminar transcurría por la actual Juana de Vega. Uno de los extremos en el Orzán, hoy la Coraza, y el Fuerte del Malvecín en el puerto con la Puerta de Abajo que cerraba la ciudad.
Tras el derribo comienza a diseñarse el Ensanche: calles Compostela, Ferrol, Betanzos y plazas de Pontevedra, Lugo y Ourense.
Recuerdo la calle Compostela en los finales de los cincuenta y sesenta con gran trasiego de personal, animada y tabernaria.
Haciendo esquina con Juana de Vega estaba la parada del Castromil hasta que a comienzo de los ochenta se va a la nueva Estación de Autobuses. De niño me atraían los pasajeros que subían a los bancos corridos que había en la parte superior del autobús. ¡Qué envidia!
Enfrente el Enrique, su andadura comienza cuando Enrique Pérez compra al anterior dueño por los años 30 este lugar “serio y sin borrachos” hasta 1970 en que se ponen al frente Santiago y Eduardo continuando la unión entre taberneros y parroquianos. Encuentro de pintores, poetas y acompañantes aficionados a la cerveza con queso y anchoa que cierra en el 2006 tras más de setenta años atendiendo a una clientela fiel a la tertulia, al cabrón y a los dados.
Pandora sustituye la taberna siguiendo la llegada a la zona de Tous que había reemplazado a Viajes Amado. La calle va tomando otra vida, otras costumbres, otra función.
Al lado del Enrique estaba librería Dans conocida también por Blanquita. Allí me suministraba de los los tebeos comprándolos o leyéndolos furtivamente mientras la dueña charlaba con alguna vecina que iba a buscar las medias después de la recogida de los puntos, “¡marcho que si no éste se va a leer todo el kiosco!” A continuación el Asturias, el café de doble entrada por la calle de Compostela y por Sánchez Bregua, billares en el centro y mesas para compartir tertulia y relajarse con interminables partidas de dominó… En esta casa vivía el fotógrafo Cancelo que en ocasiones ponía a secar por las escaleras sus fotos antes de llevarlas al Ideal, parábamos a disfrutar con ellas, era un alto en el juego cuando nos escondíamos de los perseguidores. Haciendo esquina la expendeduría de carne de caballo, la verdad la miraba con prevención. Enfrente el Compostelano que a última hora de los domingos ponían en una tabla los resultados de los partidos con letras blancas sobre fondo negro, lugar de contratación de los taxis piratas y buenos callos y al lado la casa Viturro de Julio Galán y Carvajal construida en 1910, en los bajos una naviera con fotos y la espectacular maqueta de un barco… llega el grupo Inditex dando otra visión, otra vida distinta de luz y color.
La calle convertida en peatonal ha quedado bonita, cómoda para pasear o sentarse bajo los abundantes árboles, que irán creciendo, a charlar o leer la prensa, a consultar el móvil, a descansar de las compras, la ausencia de coches le da tranquilidad. Pero… algunos echamos de menos el ambiente entre canalla y tabernario que fue, en parte, su seña de identidad hace unos años.