TRES EDIFICIOS Y TRES ENTORNOS

TEATRO EMILIA PARDO BAZÁN: Construido en 1903. Desaparece en 1915.

Teatro Emilia Pardo Bazán edificado por  Atanasio Anduiza y Pedro Mariño en 1903. Sobre un solar en el que había estado el Teatro Circo Coruñés que con su estructura de madera no le hacían aconsejable en los nuevos tiempos. El ayuntamiento da la concesión por 50 años. Desde un principio, por litigios sobre la programación con el Teatro Principal (Teatro Rosalía) que era del ayuntamiento, las cosas no van bien, el Ayuntamiento revoca la concesión y decide tirarlo siendo concejal de urbanismo Casares Quiroga en 1915.

En un principio quiso llamarse Teatro-circo Concepción Arenal pero ante la negativa de la familia que su nombre se relacionase con un circo se decidió cambiar el nombre a lo que Doña Emilia no tuvo nada que decir.

Era un teatro con capacidad para 2000 espectadores. Cómodo, moderno adecuado a los tiempos con puertas amplias para posibles evacuaciones y espacioso vestíbulo.

Desde su inauguración con la zarzuela “La Tempestad” del maestro Ruperto Chapi y durante doce años los coruñeses disfrutaron de teatro, zarzuela, circo, cine… las crónicas de la época destacan la actuación del mago Rakú especialista en jin-jitsu que recaló  en estas tierras después de gran éxito por toda España. El gran mago desafiaba al personal que al que le venciera se llevaría de premio 500 pesetas. Todos los forzudos coruñeses y alrededores se concentraban en las actuaciones animándose al ver la escuchimizada figura del mago que no llegaría a los 60 kilos vestido de pijama pero ni los cargadores del Muro fueron capaces de lograrlo.

Teatro Pardo Bazán. Año: 190.. Foto: Pedro Ferrer
Foto: Blanco
En la actualidad: Autoridad Portuaria
CASA GÓTICA: Edificio de finales del XV desaparece en 1936

Las fotos muestran el estado de abandono al que llegó el edificio conocido como “La Casa Gótica”. Estaba en la esquina entre el Paseo de la Dársena y la calle del Parrote. Pertenecía a los condes de Maceda construido a finales del siglo XV. Fue residencia particular, sede del Intendente del Reino en el XVIII y finalmente asilo de las Hermanas de la Caridad desde 1882. El Ayuntamiento fue incapaz de adquirirlo, se vendió por 60.000 pesetas, y llevar a cabo la rehabilitación para dedicarlo a Museo de Bellas Artes. Definitivamente se tira en 1936

Año: 1924. Foto: Ruth Anderson
Año: 1928. Foto: Blanco
Año: 1930. Foto: Cancelo
En la actualidad
TEATRO LINARES RIVAS: Construido en 1920. Desaparece en 1937

El Linares Rivas era un edificio modernista del arquitecto Leoncio Bescansa, también construyó las Escuelas Labaca de Juan Flórez, con mucha filigrana y bonitas máscaras en la fachada. Tenía capacidad para cerca de 1200 espectadores y contaba como dato curioso con palcos de luto cerrados con cortinajes. Se dedicó a cine, teatro, zarzuelas y variedades.

Años: 20. Foto: Ferrer
LOS CANTONES

Los Cantones, el salón de casa de los coruñeses, como quien no quiere la cosa ha ido cambiando en los últimos años de una forma espectacular. Si no fuera por las fotografías que nos refresca la memoria no tendríamos claro el cambio.

Todo empezó en 1918 cuando Antonio Tenreiro construye el edificio del Banco Pastor, en imitación a la Escuela de Chicago, sobre unas modestas casas del que sería la insignia del gran banco gallego.  Y se abrió la veda, poco a poco, casa abajo gran edificio arriba fueron naciendo una serie de edificios grandes, muy grandes transformando el modesto Cantón.

Cantón Pequeño. Año: 1914
Cantón Pequeño. Año: 1906
Cantón Grande. Año: 1900. Fuente: A.R.G.
Cantón Grande. Año: 1930. Fuente: A.R.G..
CALLE JUANA DE VEGA

 Aunque con otro nombre, calle Alameda, la calle nace en 1876. Otro ejemplo de destrozo de nuestra ciudad.  Lugar de confluencia, del ensanche de la ciudad y la conexión con el campo de Carballo y las huertas de Garás.

Año: 1901. Fuente: La Opinión
PLAZA DE PONTEVEDRA

Con la desaparición de los baluartes del Orzán y las murallas del Frente de Tierra de la Pescadería queda un espacio en donde se construye el Instituto y las Escuelas Da Guarda. Es un lugar que atrae a la burguesía coruñesa para su residencia y en el gran solar central nace un espacio con abundante arbolado como zona de esparcimiento y centro donde se concentran los jornaleros para su contratación.

La plaza fue maltratada a lo largo de los años con una idea clara de lo que se quería hacer, ganar alturas y subterráneo. Los edificios que en un momento daban a la primitiva plaza un entorno acogedor fueron desapareciendo, quedando lo que hoy podemos ver.

Años: 40. Fuente: Arribas
Años: 50
Año. 1959. Foto: Blanco

LA GOTA

Pie de foto” imagen acompañada de pequeño texto sobre un recuerdo, proyecto; sugerencia o provocación
Puerto. Año: 1950. Foto: Lamela

Buenas noticias nos trae la prensa estos días con la próxima apertura del Puerto a los paseos de los ciudadanos. Muchos son los años que por cuestiones de seguridad ha estado vedado el pasear por él. No sé cuando se concretará pero me adelanto con una recomendación a los paseantes  que me hacían a mí de niño cuando deambulaba por los muelles entre torres de madera, bidones de aceite y montañas de carbón. ¡Cuidado con las grúas!

La preciosa foto de Lamela nos muestra el peligro.  No es que pudiera caer parte de la carga sobre nuestras cabezas, no. El peligro era que cayera una gotita de aceite de sus engranajes al pasar por debajo, solo una por pequeña que fuese era capaz de destruir una camisa. Eran gotas consistentes, resistían a lavados a frotamientos, a quitamanchas y a mejunjes caseros. Si tenías la mala suerte que la gotita aterrizara en tu camisa, la camisa estaba perdida o condenada a mostrar la muesca del descuido.

No creo que la seguridad de las autoridades prohibiera el paseo por el Puerto para conservar la limpieza de nuestras camisas. Cuando lo abran,  en el primer paseo que haga miraré de cerca y a lo lejos buscando grúas que puedan soltar esa gotita capaz de destrozar una camisa. No vaya a ser que alguno reclame a la Autoridad Portuaria y nos vuelvan a cerrar los muelles.

EL TUÉTANO DE MARATÓN

Pie de foto” imagen acompañada de pequeño texto sobre un recuerdo, proyecto; sugerencia o provocación
Escalera de la Torre de Maratón. Años: 60. Foto: Alberto Martí

Ahí está el interior oculto, el símbolo del viejo estadio de Riazor. La torre de Maratón edificada por   Rey Pedreira en recuerdo del recorrido hecho por Filípedes entre Maratón y Atenas para comunicar la victoria sobre los persas en el 490 a.C. .  Esfuerzo de 45 kilómetros muy similares a los de   la prueba atlética en memoria de aquella gesta y a los 45 metros de altura de  la querida torre. Nunca he estado dentro, ni conozco a nadie que haya subido por ella. La imagen sirve para el comienzo de una película de suspense.

La torre de Maratón era el hito que marcaba el camino. La veíamos ya de lejos cuando íbamos los domingos al estadio, nos aguardaba esbelta y seria. A parte de la función conmemorativa servía para el control de las pruebas atléticas en el estadio y alrededores.

Dice algún viejo jugador que la torre era un referente para encaminarse al gol. Para los aficionados de los sesenta era el lugar donde estaba el marcador simultáneo Dardo con sus referencias y claves que tenías que lograr en el periódico del día.

Cada partido tenía una marca comercial. Reloj Radiant: At. Madrid- Málaga, Philips: Celta- Barcelona, Bobadilla 103: Osasuna – Sevilla. Al lado unas flechas de variados colores  iban diciendo si el partido estaba en el primer tiempo: amarillo,  descanso: verde, rojo segundo tiempo y final del partido: negro. Daba más información con penaltis, jugadores expulsados…

La compra del periódico era obligada para saber a qué anuncio correspondía cada partido. Al mismo tiempo te servía para poner en el asiento sucio y rasposo de cemento para proteger el pantalón de tergal del domingo.

En aquellos años los partidos se jugaban en el mismo horario y los domingos. Los transistores, para seguirlos en Carrusel eran poco frecuentes y yo no me atrevía a sacarlo de casa al ser de contrabando comprado en la Luna, no fuera que un guardián del orden me lo requisara. El marcador Dardo daba emoción, expectativa cuando empezaba a moverse el cartel ¿qué aparecería?, el penalti ¿se habría convertido en gol?

La torre de Maratón  la podemos  ver todavía, fuera del campo al lado de la Casa del Agua. Está más triste en ausencia de las miradas recibidas,  abandonada. Sin función. Supongo que guarda los gritos y aplausos de la afición. ¿Guardará perdido en escondidos  huecos, entre carcoma y humedad algún viejo cartel de Dardo?.