¡HABLAD BIEN! NO CUESTA NADA

Plaza de Lugo. Año: 1965. Fuente: Ernesto Díaz Noriega

Recuerdo en mi infancia ver pegado en mercados y estaciones de ferrocarril carteles como el de la fotografía. La blasfemia se oía sobre todo en donde el personal hacía trabajos físicos en compañía de animales. La expresión “habla como un carretero” algo tendrá que ver. Hay zonas, país vasco, donde la expresión “cagüendi…” se usa como una muletilla en el habla común: si hace frío o calor, si llueve mucho o poco,“has llegado tarde cagüendi…”

Hace muchos, muchos años en el aparcamiento de la playa de Bastiagueiro al bajar del coche escuche gritos de “Mecagüen d…” ¡sinvergüenza!, ¡qué hay niños!

Miré a todos lados viendo a un amigo poniéndose los pantalones después de sacarse el bañador al lado de su coche. Supuse que podía necesitar ayuda y la situación divertida. Me acerqué al enfurecido, sin mediar palabra le espeté “¡delante de niños, blasfemando!” “¡Lo que hay que oír!” “Perdón, es que me ha puesto, cómo me ha puesto al verle en pelotas”. El simple hecho de cambiarse un bañador había alterado la tranquilidad de un ciudadano de moral alta y verbo fluido.

Tengo otra vivencia en un partido de fútbol contra los salesianos. El extremo corría por la banda, ante una entrada del defensa perdió el balón gritando “¡mecagüen d…!” percibiendo que al lado estaba el entrenador, salesiano con sotana, se paró en seco “perdón”, “¡cágate en lo que quieras pero sigue jugando!”. La pasión puede hasta disculpar el lenguaje desenfrenado.

¡Qué mal hablada es la gente! La madre se quejaba, en tutoría, del lenguaje de su hijo. Todo correcto, su preocupación era admisible pero… sus explicaciones las iba acompañando de la muletilla “cagüendios que mal hablado es mi hijo”. He de decir que la señora no era vasca.

De niños decíamos “hablar bien no cuesta un carajo y quedas de puta madre ante la puta sociedad “

TRAVESÍA POR NUESTRA DÁRSENA

Comienzo el recorrido con una foto de 1897 donde al fondo se puede ver el “Circo Coruñés” desparecido en 1901 siendo sustituido por el “Teatro-Circo Emilia Pardo Bazán” una a una van apareciendo imágenes que nos muestran la evolución de nuestra querida Dársena.

El oleaje que había los días de temporal al no estar todavía el dique de abrigo, el mar junto a las casas, las gabarras que transportaban pasajeros y mercancías a los barcos anclados en la bahía que no podían acercarse por el escaso calado, el dragado buscando más calado, la cena antes de salir a pescar, los varaderos…

Espero que disfrutéis como yo lo he hecho buscando y seleccionando el material. Feliz travesía.

Año: 1897. Fuente: Víctor López Riobó. Al fondo se puede ver el «Circo Coruñés» desaparecido en 1901, en el lugar se construyó el Teatro-Circo Emilia Pardo Bazán
Año: 1903
Año: 1903
Gabarra con heridos de la Guerra de Cuba. Año: 1898. Fuente: Nuevo Mundo
Traslado de emigrantes. Año: 1916
Muelle de la Marina-Dársena. Año: 1911. Fuente: Librería Lino Pérez
Dragando la Dársena
Al fondo Teatro Emilia Pardo Bazán. Año: 1910 ? Fuente: Bartolomé Chavert
Años: 20
A la derecha Playa de la Marina. Año 19… Fuente: A. R.G.
Construcción del Náutico. Año: 1929. Fuente: A.R.G.
Años: 30 Foto: Roisin
Año: 1939. Foto: Alberto Martí
Años: 30-40 Fuente: A.R.G.
Foto: Blanco. Año: 1955
Años: 60. Foto: Lamela
Desde los varaderos. Años:60
Años: 60. Fuente: Miguel Guti
Gabarras, botes y noray. Año: 1967. Foto: Lobón
ESTADO ACTUAL

LA IBENSE: DE SAN JOSÉ AL PILAR

La Ibense, como los circos, la zarzuela, el Teresa Herrera, la lucha libre, el concurso hípico, las carreras de motos en el Cantón, los toros, las banderas para recibir al dictador… eran cosa del verano.

Los helados en mi niñez solo se consumían con buen tiempo por aquello de que no nos fuera a dar algo por efecto del frío.

Yo era de la Ibense otros, tendrían sus razones, de la Italiana.

Se abría por San José y cerraba en el Pilar.

Fundada por José Villaplana a mediados de los 20 en la calle de San Agustín pasó al poco tiempo a Juana de Vega hasta terminar en los Cantones en 1936 ocupando un comercio de Efectos Navales al lado del The Anglo-South American Bank estando puntual a la cita estival hasta 1992.

Era un local largo y estrecho con mesas de mármol a la izquierda y a la derecha los milagrosos recipientes del helado: mantecado, limón, fresa, crema tostada… y los polos.

Con el cierre del local, el encargado señor Reboredo, abre la heladería Colón con el mismo mantecado, llamado de vainilla, y muchos mas sabores estando abierto todo el año. Los niños hoy no se enfrían por un heladito.

Año: 1936
Años: 60

RELOJERÍA MUIÑOS

La relojería Muiños fue una institución en el mundo del arreglo de relojes, para cualquier desajuste Muiños tenía solución. El establecimiento estaba en la calle Juana de Vega al lado de una fábrica de boinas y enfrente de la popular frutería con loro parlanchín. Hasta 1962 el tranvía que iba hasta Peruleiro amenizaba la jornada con su característico ruido de la campanilla avisando a los ciudadanos de su presencia acompañado del volteo de las campanas de los jesuitas.

Su origen hay que buscarlo en los años 20 cuando Laureano Muiños abre el local rodeándose de un grupo de oficiales y aprendices formando un equipo dedicado a todo tipo de arreglos. Allí se reparaban carretes de cañas de pescar, taxímetros, velocímetros, cuenta kilómetros y hasta máquinas fotográficas como me cuenta Juan el último oficial.

Ya mayor, Laureano, en los 40 deja el negocio a David y Pedro con la condición de conservar el nombre del establecimiento. No se va muy lejos, tiene su domicilio encima del negocio, desde donde sigue echando una mano. Por medio de una cestita con polea suben y bajan los encargos.

Se inicia la segunda etapa con igual dedicación al cliente. Sigue siendo un lugar de trabajo y formación de profesionales que fueron a otros establecimientos de la ciudad.

En 1979 el empuje inmobiliario hace cerrar el negocio como los vecinos de Munín, la fábrica de boinas y muchos más,se va Juan a la calle del Orzán donde hoy sigue atendiendo con el mismo esmero, dedicación y resolución en todo lo que se le demanda. Si Muiños no lo resuelve, es que no se puede.

Su pequeño taller es un lujo de otro tiempo, no puede desparecer al igual que permanecen pequeñas tiendas en el Orzán. Cada vez que voy recuerdo las visitas que hacía con mi padre al establecimiento de Juan de Vega para reparar la cuerda saltada viniéndome a la memoria aquel grupo de hombres inclinados en su mesa con pequeñas pinzas y diminutos alicates profundizando con la ayuda de la lupa monocular en el interior de los relojes.

Año: 1979
Años 70
En el centro con gafas Laureano Muiños . Años 40
Años 60

PUERTAS Y VENTANAS 11

Caminando entre calles y plazas o indagando en fotografías antiguas vamos descubriéndolas, nos atraen por la forma, el colorido, los dibujos; a veces deslumbrantes y ostentosas, modestas en su sencillez, otras en deterioro y abandonadas, con historia o recién llegadas todas forman parte de la ciudad viva. «Disfruta y sigue tu camino»
Fábrica de Armas en la calle de la Torre con Orillamar
Paseo Marítimo
Plaza de las Bárbaras
Torre de Hércules de Francisco Leiro

ARCOS EN A CORUÑA

Un paseo fotográfico por arcos de la ciudad. Algunos desaparecidos, tapados o transformados otros. Todos nos transmiten parte de su historia. Dejo sus fotos para disfrutar. Buen camino.
Cárcel Real, al fondo Castillo de San Antón
Casa Gótica desde la Cárcel Real. Año: 1927
1960 Fuente: ARG
Años: 60. Foto: Tonecho. Antes de la invasión del Playa Club
Paseo de Riazor. Foto: Francisco Pillado. Años: 60
Maratón desde la entrada desaparecida
Riego de Agua. Año: 1900
La Marina Año: 1943. No había terrazas
La Rosaleda. Año: 1960
Ermita de San Amaro (1607-1927)
Los Puentes con Torre Coruña. Años: 60. Foto: Ángel Arrojo
Ampliando el instituto Eusebio da Guarda. Año: 1960. Foto: Blanco
Avda. Linares Rivas. Recibimiento de Alfonso XIII
Plazuela de las Bárbaras.

PISANDO LAS SOMBRAS

Bajada a la playa de Riazor. Foto: Ramón Sánchez Estalote Años: 50

¡Todo juego! Cuánta dicha se avecina en una jornada de baño y sol, de juegos y risas.

El baño espera, por el camino al bajar las escaleras han aparecido las sombras. Sombras para pisar, para medir, avanzar y retroceder, subir y bajar.

Dejarán las sombras y en las barcas, ya en la playa, al abordaje, el naufragio, buscando a Moby Dick en mares lejanos, a Jim Hawkins y John Silver con su loro.

Al final el agua, a nadar, a nadar luchando con las pequeñas olas. ¡Cuánta felicidad! ¡Cuántos recuerdos vienen pegados a las sombras!

CALLE COMPOSTELA: DEL ENRIQUE A LA PEATONALIZACIÓN

La Pescadería se queda pequeña y el Ayuntamiento en 1875 decide derribar las murallas que la protegían e iniciar la urbanización del Ensanche.

La muralla o el Frente de Tierra a eliminar transcurría por la actual Juana de Vega. Uno de los extremos en el Orzán, hoy la Coraza, y el Fuerte del Malvecín en el puerto con la Puerta de Abajo que cerraba la ciudad.

Tras el derribo comienza a diseñarse el Ensanche: calles Compostela, Ferrol, Betanzos y plazas de Pontevedra, Lugo y Ourense.

Recuerdo la calle Compostela en los finales de los cincuenta y sesenta con gran trasiego de personal, animada y tabernaria.

Haciendo esquina con Juana de Vega estaba la parada del Castromil hasta que a comienzo de los ochenta se va a la nueva Estación de Autobuses. De niño me atraían los pasajeros que subían a los bancos corridos que había en la parte superior del autobús. ¡Qué envidia!

Enfrente el Enrique, su andadura comienza cuando Enrique Pérez compra al anterior dueño por los años 30 este lugar “serio y sin borrachos” hasta 1970 en que se ponen al frente Santiago y Eduardo continuando la unión entre taberneros y parroquianos. Encuentro de pintores, poetas y acompañantes aficionados a la cerveza con queso y anchoa que cierra en el 2006 tras más de setenta años atendiendo a una clientela fiel a la tertulia, al cabrón y a los dados.

Pandora sustituye la taberna siguiendo la llegada a la zona de Tous que había reemplazado a Viajes Amado. La calle va tomando otra vida, otras costumbres, otra función.

Al lado del Enrique estaba librería Dans conocida también por Blanquita. Allí me suministraba de los los tebeos comprándolos o leyéndolos furtivamente mientras la dueña charlaba con alguna vecina que iba a buscar las medias después de la recogida de los puntos, “¡marcho que si no éste se va a leer todo el kiosco!” A continuación el Asturias, el café de doble entrada por la calle de Compostela y por Sánchez Bregua, billares en el centro y mesas para compartir tertulia y relajarse con interminables partidas de dominó… En esta casa vivía el fotógrafo Cancelo que en ocasiones ponía a secar por las escaleras sus fotos antes de llevarlas al Ideal, parábamos a disfrutar con ellas, era un alto en el juego cuando nos escondíamos de los perseguidores. Haciendo esquina la expendeduría de carne de caballo, la verdad la miraba con prevención. Enfrente el Compostelano que a última hora de los domingos ponían en una tabla los resultados de los partidos con letras blancas sobre fondo negro, lugar de contratación de los taxis piratas y buenos callos y al lado la casa Viturro de Julio Galán y Carvajal construida en 1910, en los bajos una naviera con fotos y la espectacular maqueta de un barco… llega el grupo Inditex dando otra visión, otra vida distinta de luz y color.

La calle convertida en peatonal ha quedado bonita, cómoda para pasear o sentarse bajo los abundantes árboles, que irán creciendo, a charlar o leer la prensa, a consultar el móvil, a descansar de las compras, la ausencia de coches le da tranquilidad. Pero… algunos echamos de menos el ambiente entre canalla y tabernario que fue, en parte, su seña de identidad hace unos años.

A la izquierda parada del Castromil para Santiago. Año: 1967
Interior Casa Enrique
Cuatro amigos: Xoti de Luis, César Otero, Alfonso Abelenda y Laureano Vidal. Foto: Pedro Puig.
Café Compostelano. Edificio de Julio Galán y Carvajal (1903)
Interior del Café Compostelano
En construcción casa Viturro
Comienzo de la calle Compostela. A la izquierda el edificio del Fénix obra de Faustino Domínguez Coumes-Gay de 1882 que ganó altura a mediados del siglo pasado
Casa Viturro de Julio Galán y Carvajal (1910)
Aquí paraba el Castromil
A la izquierda estaban: Casa Enrique, Librería Dans, café Asturias y la expendeduría de la carne de caballo
Aquí estaba el Compostelano
Despedida. Año: 2006. Foto: Cesar Quian