PARQUE ESCULTÓRICO DE LA TORRE DE HÉRCULES

El entorno de la Torre es el lugar para pasear con sol, niebla o lluvia. Recorrer los caminos perdiéndose entre las esculturas, alejándonos, acercándonos a ellas, para acariciarlas impregnándonos del olor y del salitre que emanan. Desde ellas mirar más allá, hasta donde la vista y la imaginación lleguen.

Breogán de Xosé Cid

El padre mitológico del pueblo gallego Breogán marca el camino hacia la Torre desde donde, según la leyenda, se podían ver las tierras verdes de Irlanda.

Caronte de Ramón Conde

Singular representación del barquero Caronte, siempre alto y delgado, que guía a las almas de los  muertos al Hades a cambio del óvalo que tienen que llevar debajo de la lengua.  Los dioses lo castigan por haber trasladado a Hércules, estando vivo, cuando iba en busca del can Cerbero.

Hidra de Lerna de Fidel Goás Mendes

Siguiendo los mandatos del rey Euristeo que castiga a Hércules por haber matado a su mujer e hijos tiene que realizar doce trabajos.

Uno de ellos es matar a la Hidra de Lerna que protegía la entrada al inframundo. Monstruo de múltiples cabezas una inmortal y olor nauseabundo. En su lucha Hércules va cortando las cabezas del monstruo y sellando con fuego los muñones para que no se reprodujeran. La última cabeza la entierra debajo de una gran roca.

Carlos III de Pablo Serrano

En 1788 reinando Carlos III se comienzan las obras de remodelación de la Torre

Puertas de Francisco Leiro

Mitos y leyendas sobre la lucha de Hércules y Gerión y subida por la rampa exterior que rodeaba a la Torre son los grabados de las puertas.

Rosa de los Vientos de Correa Corredoira

“Papá, ¿Dónde está el norte? “Allá hijo. Si navegamos en línea recta llegamos a Irlanda”

Guardianes de Soledad Peralta

El último trabajo de Hércules fue ir en busca del can Cerbero al inframundo donde vigilaba para que ningún muerto saliera o ningún vivo entrase. Era un perro con tres cabezas y serpiente en el rabo. Hércules lo somete con su fuerza sin ningún arma.

Ártabros de Arturo Andrade

Conjunto de tres figuras en granito: mujer, guerrero y marinero a los pies de la Torre recuerdan al pueblo que habitaba estas tierras antes de la romanización.

Menhir Pentacefálico de Ramón Miranda

Menhir de cinco caras, realizado en granito, que une a los cinco continentes

Arasolis de Silveiro Rivas

Puerta que nos encamina al fin de la tierra. Es el altar del Sol, el rumbo entre la luz y la oscuridad, la vida y la muerte.

Combate entre Hércules y Gerión de Tim Behrens y Xosé Espona

Partiendo de un cuadro de Tim Behrens, Xose Espona representa en ladrillo la lucha entre Hércules y Gerión rodeados de canalillos de agua.

Caracola de Moncho Amigo

El gran molusco recoge el viento del mar y el romper de las olas contra las cercanas rocas transformándolo en un espectáculo visual y de sonido

La Copa del Sol de Pepe Galán

Robar los bueyes de Gerión es otro de los trabajos que encarga Euristeo a Hércules. Con la ayuda de la “Copa del Sol” en la que se transporta el sol de oriente a occidente llega a la isla de Eritia donde estaban los bueyes guardados por el perro Ortro con el pastor. Después de feroz lucha y habiendo salido vencedor carga en la “Copa de Sol” los bueyes llevándoselos a Euristeo.

Hércules en la nave de los argonautas de Gonzalo Viana

Gonzalo: Parado ante tu barca de piedra te imagino navegando cubierto con el vellocino de oro  en compañía de los argonautas por mares remotos. Siempre buscando… tu pasión.

Menhires de Manolo Paz

Sencillez monumental formada por doce piezas de distinto tamaño  colocadas formando círculos y con pequeña abertura para jugar a visionar el mar y la Torre. Hay que pasear entre ellos, detenerse y abrazarlos mirando el entorno.

Monumento a los fusilados de Isaac Díaz Pardo

Ante el mar, todo el recuerdo de las vidas rotas por la barbarie.

Solo queda ir a pasear disfrutando del entorno.

Buzos en el puerto

«Pie de foto” imagen acompañada de pequeño texto sobre un recuerdo, proyecto; sugerencia o provocación
1957. Foto: Alberto Martí

Las tardes de los jueves, descansando de las monótonas clases, vivía acompañado de mi padre unas alegres e instructivas experiencias en el puerto.

Había una gran draga que profundizaba el calado  y una barca donde trabajaban los buzos. Son recuerdos mezclados, borrosos. Adobados con las películas vistas después como “El arrecife de la muerte” donde una familia griega se enfrenta a una inglesa en aguas de México por el control de la recogida de esponjas. No faltaba nada, lucha con el pulpo gigante, tortugas, corte del tubo de suministro de aire, amores entre dos jóvenes de las familias enfrentadas…

Pasaba en el muelle mucho rato esperando su salida del agua. Emergía la escafandra poco a poco, lenta subida por una escalerilla, detención junto a la borda, desenroscar  la escafandra e inmediatamente se le pasaba al buzo un pitillo. Fumaban porque según decían era una forma de comprobar que la descompresión estaba bien hecha,  si sentían hormigueo en el cuerpo volvían al agua un rato para completar la descompresión.

Transcurrido un tiempo, otra vez a sumergirse. Siempre con boina para protegerse de la fría válvula que accionaban con la cabeza.

Pesadas botas, cinturón del que colgaban herramientas y la linterna para descubrir el fondo. No faltaba detalle para avivar mi curiosidad sin olvidar el tubo que le unía a la vida que no podía fallar y la cuerda que con distintos tirones se comunicaba con la barca desde las profundidades.

Poco a poco pesadamente iba desplazándose hacia la escalerilla bajándola hasta desaparecer la escafandra en las aguas del puerto.

En la cubierta un compañero del buzo empezaba a dar vueltas a una gran manivela que mandaba el oxígeno.

Todo un ritual que avivaba mi imaginación encaminándome a profundidades por descubrir.

POZA DE LA SAL: SUS PUERTAS Y VENTANAS

Poza de La Sal, Burgos. Poza está situada a 45 kilómetros al Norte de Burgos en la comarca de La Bureba.

Conocida por sus antiguas salinas trabajadas desde el siglo XVI hasta finales del siglo pasado. Hoy no se comercializan pero sirven para mostrar a los turistas como se explotaban.

Veraneo de siempre en un pueblecito muy cercano a Poza y desde niño me atrajo por las salinas, por ser el lugar de nacimiento de Félix Rodríguez de La Fuente y sobre todo porque al pueblo llegaban por las fiestas “Los Pozanos”.

Los Pozanos eran dos hermanos, Jandro y Juan,   que traían al pueblo caramelos, pirulís, almendras garrapiñadas y rifaban galletas.

También siempre que la Guardia Civil estuviese un poco despistada montaban el juego del Bote. Era un juego de apostar al número que saliese en el dado. Era divertido como los hombres jugaban con verdadera ilusión esperando a la suerte. En mi imaginación infantil tenía a Poza como lugar de fiesta continua.

Poza es un pueblo muy interesante. Mantiene un trazado medieval donde callejear contemplando su arquitectura de madera, piedra y yeso con sus detalles en puertas y ventanas, un placer. En lo alto el castillo del siglo XIII en plena roca desde donde se puede contemplar toda la comarca.

Las salinas
Uno de los arcos de entrada al pueblo

Imprescindible subir, la vista de toda la comarca lo merece